Duermo con las sábanas de testigo
Y el deseo como único culpable
Juzgando el desamor entrometido
teniendo por razón un responsable
Abrazo mi cintura abandonada
acaricio suavemente un desalojo
es la ausencia que quedó sobre la almohada
los asuntos despojados a su antojo
Sueño despertar en las sombras
Besando el calor sin alarmas
pasar la noche en labios que te nombran
saber que mi pasión no se desarma
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