En un quiebre prodigioso de tiempo y espacio
Desertamos sin apuro a un futuro incierto
cuando el álgido aire se espesa en tu mirada
Se deshacen las partidas
Y aparecen los aciertos.
Dulce danza de nuestros labios
junto a la sal de un hombro agonizado
Recorrer sin permiso el mapa de tu cuerpo
aterrizo en el abismo de un edén colonizado
Me resguardo bajo la coraza de tu abrazo
Nado con la corriente que desemboca en un grito
Y termino por clavar en mi memoria
Una estaca de madera
con tu nombre como rito
Oleadas transparentes que erosionan en mi piel.
Desembarco con mis manos temblorosas en tu arena
Pruebo de tu néctar que simula ser de miel
Duermo con la luz que desprendés de luna llena
Tus brazos son puentes que unen mi cintura
Al puerto remoto de una tierra prometida
Persigo los instintos que desbordan de aventura
Nunca me verás con ilusión de arrepentida.
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