Sabía que sucedería.
En unos días , meses o minutos , pero es inevitable, me repetía...
Ese recuerdo como piedrita en el zapato, que te despierta de un golpe a las 3 am mientras te hiperventilás, el corazón se sale de tu boca, el pecho caliente y la mano dormida, el sudor que quiere ser lágrima, el nudo en la garganta y el recuerdo, ahí .. tan cerca...y tan lejos.
Un vaso de agua fría y un escalofrío que recorre tu espalda,como si un índice se deslizara sobre tu figura,y quisiera , en cierto modo, hacerte sentir algo. Como si el aire eléctrico, rompiera con la noche , y la luna se escondiera, para que no sea testigo de tanta tristeza.
Con los pies descalzos y el alma desnuda, intento cerrar mis ojos y traer de nuevo ese beso fugitivo, esa caricia , cierro con fuerza mis ojos, para entrar en mi cabeza, sujetar ese sueño y traerlo de vuelta.
Es la única forma que tengo de vivirlo, con el tiempo solo se inunda todo de un miedo desorbitante, y es ese miedo el que mueve su imagen que se encapricha en escapar o difuminarse.
Ese miedo que paraliza, porque huir hacia la nada es moneda corriente.
Tal vez nunca supimos como amarnos sin lastimar a otro, tal vez nunca pudimos lograr que el tiempo pase más lento, tal vez , ese día que quise abrazarle hasta los huesos , que quise besarle hasta las pupilas, tal vez ese día debí callarme.
Y escribirlo.
Para soltarlo y que vuele en el viento.
Que vuele hacia otro mundo,otra vida.
En la que no tenga que extrañarlo
Tanto.
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