Vida

Hace dos días,es curioso, volvió en mi cuerpo, en mis huesos y mi sangre, una necesidad imperiosa de probar tu boca nuevamente,de sumergirme en un lago que tenga tu nombre, absorber todo lo que me dieras, como esponja, como papel secante.
Absorber.
Retener.
No soltar.
Quería, y créeme cuando te digo, quería despertar en un mundo en el que no existan esos problemas que nos desviaron por otros caminos,que no persistan las reglas que me separen de llamarte, donde no convivamos con terceros,quería, si me permites continuar, que los dos, solo los dos nos dediquemos un instante aislados de todo elemento terrenal y vivamos una mentira enternecedora.
Al igual que esos segundos,al despertar, en que todo carece de sentido, pero la vida liviana,suave,te sacude a su ritmo y huele a canela o manzanilla, no lo decido.
Quería que corras.
Que huyamos.
Y las horas sean solo recuerdos de lo que fuimos en otra vida.
Hace dos días,Me detuve unos minutos en recrearte, el sabor de un beso caliente, tabaco y frutilla danzando entre los dientes.
Tus manos, sosteniendo mi nuca. ¿Para que no se quiebre? Quizás.
¿Así es como se siente la muerte?
¿Así es como se siente la vida?
Saber que eres el único que en verdad me conocía.
Y ahora.
Han pasado varios meses desde que te despedía con treinta y dos preguntas en el pecho y una sonrisa tardía.
Han pasado meses y no me recupero.
De que hay días
¡Ay Vida! hay días
Que aún te espero.