Cada tanto se soltaban la mano
cerraban los ojos
sellaban sus labios
ataban sus cuerpos
al calendario
cada tanto vendían su historia
rentaban sus besos
quemaban memorias
Cada tanto
fingían
impostores del cariño
ladrones del tiempo
impulsores del veneno
guardianes
entre
el
centeno
Cada tanto huían de su cuerpo
se inundaban en un abrazo
diez minutos eternos
sueños después del ocaso
Cada tanto eran ellos
Y sus latidos
la sinfonía coordinada
de lo que nadie puede quitar
desterrar de la piel habitada
Cada tanto vivían
libres de todo castigo
y sonreían

porque sobraban motivos.


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