hacia el pozo de olvido que prefieres...
pero la mejor parte de tu espacio,
en realidad la única constante de tu espacio
quedará para siempre en mí... doliente,persuadida, frustrada, silenciosa quedará en mí tu corazón inerte y sustancial
tu corazón de una promesa única
en mí que estoy enteramente sola
sobreviviéndote.
Después de ese dolor redondo y eficaz
pacientemente agrio, de invencible ternura
ya no importa que use tu insoportable ausencia
ni que me atreva a preguntar si cabes como siempre en una palabra.
Lo cierto es que ahora ya no estás en mi noche
desgarradoramente idéntica a las otras
que repetí buscándote, rodeándote.
Hay solamente un eco irremediable
de mi voz como niña, esa que no sabía.
Ahora ...
qué miedo inútil, qué vergüenza
no tener oración para morder
no tener fe para clavar las uñas
no tener nada más que la noche
saber que Dios se muere, se resbala,
que Dios retrocede con los brazos cerrados
con los labios cerrados, con la niebla,
como un campanario atrozmente en ruinas
que desandara siglos de ceniza.
Es tarde.
Sin embargo yo daría
todos los juramentos y las lluvias
las paredes con insultos y mimos
las ventanas de invierno, el mar a veces
por no tener tu corazón en mí,
tu corazón inevitable y doloroso
en mí que estoy enteramente sola
sobreviviéndote...
Mario Benedetti
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