Abril era un mes frío,con lluvias frecuentes,bastante inestable,treinta días de lunas que se visten,algunos feriados de colchones prestados y Abril también era persona.De veintiún otoños,con ataques de ansiedad frecuentes,bastante inestable,mirada que quema, treinta días de soles que arden,algunos feriados con sábanas frías,come sano,pide permiso,dice gracias,traga las semillas de las uvas y casi no parece lo que dicen que fue. Abril se muda de piel,de casa,zapatos,camina sin rumbo pero siempre llegando a destino,Abril se agota del tiempo,araña los relojes,muerde los años, desea ser inmortal pero adora el romanticismo de la muerte.
Besa si quiere.
Ama si puede.
Frena el impulso de gritar, pero grita en ocasiones, en algunas, en varias. A Abril se le caen las hojas de estación,tiene alergia de aceptarse,es su propia madre, educa sus reproches,cuida de su mente,pero su cuerpo,repleto de moretones como arándanos reflejan la blancura de su presencia,venas hinchadas que estallan de color,delimitan ríos,lagunas y puentes que cruzan su tierra.
Abril se fuga para sentir.
Que puede ser más que un mes.Más que nombre.
Más que Agosto o Diciembre.
No huye. No se esconde.
Abril siempre estaba ahí.
Pero se nos pasó.
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