Buenos Aires de noche
esconde calles sumidas en un delicioso silencio.
Aquellas donde el rocío humedece la suela de los zapatos.
Y las hojas, afligidas, crujen con pereza.
Te encuentro sin embargo
Después de las nueve
esconde calles sumidas en un delicioso silencio.
Aquellas donde el rocío humedece la suela de los zapatos.
Y las hojas, afligidas, crujen con pereza.
Te encuentro sin embargo
Después de las nueve
Recitando delirios
De besos que no me pertenecen.
Pero los siento atravesar mi garganta
uno a uno bajan sin descaro
y se instalan en mi pecho
Hotel alojamiento
de deseos extranjeros.
-Arlés