[...]Corro pero no llego,es que el pasado tiene eso de nunca encontrarme.
Me diste un beso,casi a medias, y la despedida es tan habitual como un "hasta mañana"
Me se todas tus excusas,las tengo anotadas en la mano,pero me causa ternura infinita,cada vez que tu mirada se torna tan libre,tan humana.
Por entonces comprendo que no quiero diez minutos de tu tiempo,que si cierro los ojos aún te veo de espaldas y te escucho respirar, que tu aliento me transporta a primavera, que estiro los brazos y estás ahí. Pero si los abro me encuentro conmigo.
Y conmigo me llevo terrible.
Estar en la esquina mordiéndome la boca,esperando que una casualidad me regale tu presencia,porque los años no vienen solos, traen consigo esas responsabilidades que vos,sí,vos las vas matando,opacando,escondiendo bajo la alfombra, y cuando te veo cruzar la avenida cada paso es un problema menos.
[...]Y no se me olvida,que me debes 3 otoños y 20 desayunos en la cama.
30 siestas imprevistas y una discusión prolongada.
que me debes esa reconciliación
ese tira y afloje.
No se me pasa de largo,que tal vez me debes mucho, mucho más de lo acordado.Que esa tarde,cuando dijimos "Algún Día" yo gritaba por dentro "Ahora"
Que tal vez, he sido cobarde y un poco egoísta.
Que no quiero diez minutos de tu tiempo.
Ni correr hacia el pasado.
O lamentar tu ausencia.
No se me pasa de largo,que te debo tanto
Porque vos me diste mucho
me regalaste la adolescencia.
Y eso es demasiado.[...]