Te extraño

Pensar que eres todo para mí mientras tú, en algún lejano lugar, como en otro planeta, te alimentas, te vistes, sueñas, haces el amor y mientras en esta habitación todo te evoca, todo te invoca y no respiro ni una sola vez sin que tu rostro suba y baje por mi interior, como si fueras un órgano de mi cuerpo, una función vivificante sin la cual no
es posible vivir. Cómo no arrastrarme por las pequeñas calles tristes, sucias, agrias, llevándome una brutal melancolía, un anhelo jadeante, un ardor sin límites.
Eres culpable de haber hecho de ti un vaso de agua inalcanzable para una sedienta que apenas te conocía. Llegas, me hablas, me sonríes, me fascinas: cómo no comprender que tu rostro bastaba para enloquecer a la pequeña huérfana que fui —que soy, que seré— por tu culpa. Me hablas y te vas. Me hablas y te quedas en mí. 
Alejandra Pizarnik

Manuel puig

Si tengo tristeza… me acuerdo de ti. … Si tengo alegría, me acuerdo de ti. Si miro otros ojos, si beso otra boca, si aspiro un perfume:.. me acuerdo de ti…», y desde el espigón miran hacia el horizonte, porque se acerca un velero, «… Te llevo muy dentro, muy dentro de mí… Te llevo en el alma, me acuerdo de ti…», y el velero atraca ahí en el muelle chiquito de los pescadores, y el capitán les hace señas de que suban ya porque zarpan enseguida, aprovechando el viento favorable, que los llevará muy lejos, en un mar sereno, y las palabras siguen, “… nunca pensé… que me crearas… tanta, tanta obsesión… nunca creí, que me robaras el corazón… Por eso mi vida… me acuerdo de ti, … de cerca y de lejos, me acuerdo de ti… De noche y de día, como melodía, te llevo en el alma… me acuerdo de ti…”.

Manuel Puig
(Fragmento de “El beso de la mujer araña”)